Las Caldas: un paraiso por descubrir
  Las Caldas: Ayer y hoy
 
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Como su propio nombre sugiere, el pueblo de Las Caldas, a apenas 9 kilómetros de la capital asturiana, es una villa termal en toda regla. Unida desde el siglo XVIII a su balneario, el entorno conserva esa esencia mágica y nostálgica que poseen los espacios termales. Asociados a la salud y al ocio burgués durante el siglo XIX, fuente de leyendas románticas, cuna de intelectuales y, sobretodo, lugar privilegiado de descanso, los núcleos balnearios como el de Las Caldas siguen invitando hoy en día al relajo. 






La localidad de Las Caldas, además de sus aguas calientes, atesora un medioambiente inmaculado en el que nada hace presumir la proximidad de la urbe ovetense. Encontramos aquí distintos espacios protegidos, vías verdes, grandes extensiones de arbolada autóctona y paisaje asturiano en todo su esplendor.


El pequeño núcleo habitado guarda sus proporciones, su arquitectura y sus paseos en consonancia con la influencia que la vida balnearia creó extramuros. Actualmente, tras décadas de abandono, Las Caldas trata de retomar su pulso “vacacional” con una rehabilitación cuantiosa de su balneario. La obra superará los 44 millones de euros y la primera fase pretende estar abierta al público a mediados de Abril de 2008. La actuación integral se desarrollará sobre una superficie superior a los 32.000 metros cuadrados. En este espacio está contemplado un hotel de cinco estrellas con 171 habitaciones, un balneario, un edificio de convenciones y servicios y un centro lúdico-termal. El proyecto aspira a crear un balneario de referencia en España en el que destacará, sobre manera, el “salón de los espejos”: un auténtica joya de la época del que se conservará su fisonomía original.

La historia del Balneario de las Caldas comenzó en 1772 con un proyecto en el que se llevó a cabo la canalización del agua termal, la construcción de un edificio de baños y habitaciones para que los enfermos pudieran hacer uso de sus aguas. En el siglo XIX se fue transformando y alcanzo su momento más álgido. Sin embargo, a partir del primer tercio del siglo pasado sufrió un declive progresivo, de forma que Las Caldas sólo permanecía abierto en la época estival, hasta que en 2004 cerró sus puertas definitivamente.

El actual concepto de turismo de salud, que concibe las estaciones termales no sólo como un centro terapéutico, sino también preventivo y un lugar idóneo para el ocio, ha propiciado que las termas puedan abrir sus puertas de nuevo. Las aguas de Las Caldas volverán a servir para la salud y la belleza corporal gracias a sus propiedades oligometálicas, cálcicas, magnésicas, bicarbonatadas y radiactivas; especialmente válidas para el reumatismo, las afecciones del aparato respiratorio y las neurológicas.

Al margen de los baños, y mientras concluye la rehabilitación balnearia, el entorno de la villa tiene suficientes atractivos como para merecer una visita detenida. El monumental Castillo de Priorio, situado en una colina sobre el valle del Nalón, es una almenada fortaleza de leyenda, con dos altivas torres flanqueándola, semioculta por la arboleda y rodeada por el río Gafo. Se construyó en el siglo XIX sobre las ruinas de un inmueble histórico de los tiempos de Alfonso II. Fue propiedad del obispado de Oviedo y en la actualidad es de propiedad privada.

El templo de San Juan de Priorio es una excelente muestra del románico asturiano. Destaca la portada, única en Asturias, con tímpano decorado en él que se esculpió la visión de la Maiestas según los textos bíblicos. Cristo, sentado en el trono, como soberano del mundo, imparte la bendición con los dedos índice, medio y pulgar.

La Cueva de las Caldas es otro importante reclamo. Se trata de un espacio protegido de apenas 600 metros de profundidad que sirve como hábitat a una colonia de murciélagos catalogados como especie amenazada. Esta misma caverna, como resultado de las excavaciones realizadas desde principios de los años setenta, está calificada, nada menos, como uno de los más importantes yacimientos del Paleolítico Superior de toda la región, destacando por una amplia secuencia estratigráfica que va del Solutrense al Magdaleniense, especialmente productiva en arte mueble.

Muy cerca de Las Caldas, Fuso de la Reina se ha convertido en destino de numerosos caminantes y ciclistas que recorren una senda peatonal que aprovecha el antiguo trazado del ferrocarril. Es una vía verde de más de 25 Kilómetros que transcurre entre los concejos de Oviedo y Tuñón. Para completarla hay que atravesar 8 túneles y 3 puentes. La ruta conecta con la Vía Verde: la Senda del Oso a la altura de Fuso, a través del trazado ferroviario original y una serie de caminos rurales. En diversos puntos han sido instaladas mesas con bancos para poder descansar o pararse a comer / merendar.Por desgracia esta cortada desde hace 5 años y por la pésima gestión tanto del Ayuntamiento como de la CHN se encuentra intransitable en su recorrido original. Esperemos que tomen las medidas oportunas para dejar la senda como estaba y poder seguir disfrutando de un paseo como pocos existen en Asturias.

En el propio pueblo de las Caldas se puede disfrutar de establecimientos de hostelería de calidad contrastada. también existen modernos equipamientos de ocio: campo de Golf y piscina pública .

 

 


 

 
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